Add parallel Print Page Options

En tus manos encomiendo mi espíritu;(A)
¡ponme a salvo, Señor, Dios de la verdad!

Señor, yo confío en ti,
pero odio a los que adoran ídolos huecos.
Yo me lleno de alegría por tu misericordia,
pues tú has tomado en cuenta mi aflicción
y conoces las angustias de mi alma.

Read full chapter